viernes, 2 de septiembre de 2011

LA NADA EN EL NACIMIENTO DEL ARTE (II)

Para el manifiesto del Arte y la Nada el profesor Lukas Kowalski de la Universidad Libre de Varsovia interpretó una improvisación sobre la pieza Bourée de Handel, actuando como interferencia al discurso.

Fue necesario utilizar una escalera para poder abarcar subido en ella la grandiosidad de la Nada.

Sería estéril pretender encasillar la obra en una corriente determinada. Se ha hablado de Dadaísmo (absurdo), Arte Conceptual (que precisa explicación), Minimalismo (no expresa a priori ningún sentimiento), Surrealismo (incomprensible y onírico), Performance (necesita de un público), Ready-made (el aire empaquetado de la sala se torna obra de arte), Poesía (hace uso de la literatura) e incluso Pop (banalización de la imagen hasta hacerla invisible). La etiqueta que más se aproxima sería la de Neomedievalismo porque el espacio vacío nos remite a lo inexplicable, lo misterioso; al fin y al cabo, al miedo.

El manifiesto está estructurado en instalaciones sintácticas a modo de versos liberados de toda sujeción de métrica y rima.






MANIFIESTO DEL ARTE/MANIFIESTO DEL VACIO



EL ARTE.


LA VIDA.


Mirad como estiro el brazo, contemplad esta obra de arte hecha del vacío.


Nace del impulso procreador del amor universal, vencedor por un momento del odio, el hambre, la guerra y la miseria.


La silla de los catálogos de Ikea, que no es otra cosa que la idea de silla de “One and three chairs” de Joseph Kosuth. Los suecos sólo recogieron el concepto y lo disfrazaron de Bauhaus.


Una página completa de la revista Forbes anuncia: “El diablo está en venta. Es agrietado y oscuro como el cuadro negro de Malevich”.


Caída del muro de Berlín, caída en la cuenta de la farsa esquizofrénico-paranoide de la cultura y del mensaje educativo subliminal del medio de masas materno que se ha vendido, se ha vendido al mundo subterráneo de las ratas.


Un hombre del espacio acaba de hollar el polvo superficial de un satélite que flota en la nada cósmica.


Brote de mala hierba que se desarrolla en el hueco intersticial de una grieta asfáltica. Principio de fagocitación de la metrópolis.


Humo de la llama de un cóctel incendiario en manos de un emigrante de color extraño ebrio de desprecio y resentimiento.


La imperceptible colisión genética entre la perdiz y el perro faldero, el homo-sapiens y la mosca, el delfín y Terminator.


La muñeca desintegrada en el bombardeo con gel explosivo que no encuentran unos ojos infantiles que vierten lágrimas saladas.


El dragón que a través del caleidoscopio de un sueño para miopes no es más que una lagartija.


El espacio que hay entre cada palabra de la frase “casi todo el arte contemporáneo es surrealista”.


Gas contaminado que se filtra a través de los pelos del culo de un discípulo de Andy Warhol que en ese momento, vomita.


Y durante unos instantes, el silencio…


el manifiesto fue traducido al lenguaje de signos




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